jueves, 19 de julio de 2012

CONCLUSIONES GOBERNANZA


GOBERNANZA
La tarea principal de la participación ciudadana exige asumir responsabilidades con los gobiernos, incorporando las demandas de los sectores excluidos, convencer sobre la posibilidad de formas alternativas de darles respuesta, negociar los recursos, movilizar a la sociedad, etc.
Todas estas actividades conforman una pedagogía política, constituyen una posibilidad de hacer factible la gobernanza y, por todo ello, de reconstrucción del Estado, en su papel de garante de los derechos ciudadanos (Canto, 2003). 

Conclusiones

1.    Desde nuestro punto de vista, la concepción contemporánea de Gobernanza, es una mixtura, una combinación o una tercera vía, complementaria, entre las nociones de la Administración Pública tradicional y la llamada nueva Gerencia Pública; de la primera retoma la finalidad de brindar servicios y satisfacer derechos de la población; de la segunda  recupera el concepto de que esos servicios deben prestarse con eficiencia, eficacia y rentabilidad.

2.    Además la gobernanza incorpora dos elementos distintivos: uno la participación ciudadana efectiva en la formulación, ejecución, gestión y evaluación de las políticas públicas y, segundo, la legitimidad del Estado como garante de los derechos humanos, individuales y colectivos de las ciudadanas y ciudadanos. 

3.    La necesidad de crear una gobernanza eficaz es producto de la carencia de reglas claras

4.  La participación ciudadana es de vital importancia en la Gobernanza, por eso hay que dar entrada, acercar y equilibrar a los actores sociales con una participación de calidad

5.  Es necesaria la creación de estructuras legítimas flexibles y adaptativas para promover la democracia en la definición de las políticas públicas, donde la participación ciudadana esté presente en el diseño, ejecución, monitoreo y evaluación de las mismas y se genere una cultura de corresponsabilidad, de transparencia y rendición de cuentas de todos los actores.

6.    Crear nuevos modelos de actuación por parte de la sociedad y del gobierno y con eso generar nuevos marcos de análisis y nuevas reglas para la gobernanza y así enfrentar eficazmente los problemas

. 7. Las políticas públicas están determinadas por las políticas económicas, sin embargo la creciente demanda ciudadana exige nuevas formas de gobernar basadas en el consenso ciudadano y mayor intervención civil

8.  La creación de estructuras y procesos sociopolíticos interactivos que nos conduzcan a la comunicación entre actores involucrados y la creación de responsabilidades públicas y privadas, lo que puede ensanchar los márgenes de gobernanza

9.    No hay modelo único de gobernanza, más bien busca ser multifacética, plural, adaptativa y que exige flexibilidad, y pretenda la experimentación y aprendizaje.
 
10. Por último consideramos que la concepción de Gobernanza, no es solo una teoría, sino que en nuestro medio existen situaciones y casos prácticos de su aplicación, como el caso de la gestión del Consejo Municipal de Santa Tecla, de la cual presentaremos una síntesis en un video.













APLICACIÓN PRÁCTICA DE LA CONCEPCIÓN DE GOBERNANZA. UN ENFOQUE OPTIMISTA, CRÍTICO Y AUTOCRÍTICO.

Video: Aplicacion práctica de Gobernanza

http://www.elsalvador.travel/paseo-el-carmen-santa-tecla/
En materia de justicia y seguridad, una política pública que, haciendo caso omiso de la noción de gobernanza, fue impuesta autoritariamente y por lo tanto generó muchas resistencias entre las instituciones y sectores sociales que debían aplicarla o acompañarla en su ejecución y, en consecuencia, tuvo un estrepitoso fracaso, fue la que conocimos como “Mano Dura” y “Súper Mano Dura” contra las maras o pandillas y dos de sus principales instrumentos legales: La Ley Antimaras y Ley Antimaras II.



Por el contrario, una política exitosa de seguridad, en el plano local, que reúne cualidades y condiciones propias del enfoque de Gobernanza, es la Política de Convivencia y Seguridad Ciudadana, de la ciudad de Santa Tecla, cuyos resultados están a la vista: desde hace varios años es uno de los municipios con menor índice de homicidios y de otros delitos graves, entre los lugares más poblados del país.



Creemos que esos resultados se deben a que esa política tiene un fuerte componente de prevención social a través de diversos programas de recuperación y utilización de espacios públicos para el disfrute de la ciudadanía, como el complejo deportivo conocido como “El Cafetalón” que sirve para la recreación, deporte, cultura y demás actividades sociales de la población de Santa Tecla y de otras ciudades; cuenta también con un programa de restauración y uso público de edificios históricos como el Palacio Municipal y el Museo Tecleño, el primero estaba abandonado y el segundo en el pasado fue una cárcel municipal; ahora son espacios para el arte, la cultura y el esparcimiento de la ciudadanía. Además cuenta con su obra más reciente y llamativa como es el Paseo El Carmen, en la que se combina la reconquista de espacios públicos para la convivencia familiar, cívica y social, programas culturales, artísticos, comerciales y recreativos. Por su amplia oferta culinaria, artística, cultural, recreativa y su seguridad, se ha convertido en uno de los sitios más visitados por salvadoreños y extranjeros.



Creemos que el secreto del éxito de Santa Tecla no se debe tanto a la mente brillante del Alcalde y de su equipo; o quizás sí, pero es una brillantez distinta: aquella que le permite ver que por sí solo, aunque tenga buenas ideas, el Consejo Municipal no puede hacer mucho y por lo tanto debe estar abierto al diálogo, la negociación, la coordinación y la participación de otros sectores sociales,  ya que tanto la Política de Convivencia y Seguridad, como otras que desarrolla el Consejo Municipal de dicho lugar, no han sido creadas e impuestas por el gobierno local; no fueron inventadas exclusivamente por el Alcalde, sus asesores o algún grupo de “iluminados”. Han sido y siguen siendo elaboradas, adoptadas, ejecutadas, evaluadas y vueltas a crear, mediante un proceso de consulta y participación amplia y significativa de las y los habitantes de ese municipio, a través de los “Consejos Ciudadanos” creados hace más de diez años, integrados por empresarios, comerciantes, profesionales, académicos, funcionarios públicos, líderes religiosos, directivos comunales y demás personalidades del lugar. No es casualidad que el actual Alcalde haya resultado electo por cinco ocasiones consecutivas.


Partiendo de una posición crítica y autocrítica, consideramos que en nuestro país, en el plano nacional, aún nos falta para garantizar una amplia, significativa y determinante participación democrática en las políticas públicas de justicia y seguridad ciudadana. Todavía no pasamos de la gobernabilidad a la gobernanza; es decir, de una gestión pública que sea algo más que el mero actuar directivo del gobierno; que sea capaz de dirección, coordinación y articulación con los diferentes actores y sectores sociales y que tenga resultados importantes[1]. En consecuencia, aún nos falta mucho para garantizar plenamente a la población, una significativa participación en el diseño, ejecución, gestión y evaluación de las políticas de justicia y seguridad; más aún, falta mucho para  vivir en armonía, paz, seguridad, convivencia, con pleno acceso a la justicia de manera ágil, imparcial y efectiva.


[1] Cf. Aguilar Villanueva, L. F. (2006). Gobernanza y Gestión Pública. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, p.39

miércoles, 18 de julio de 2012

GOBIERNO ELECTRONICO Y GOBERNANZA


El concepto de gobierno electrónico o “e-gobierno”, surge después de, en primer lugar la aparición del internet  como nueva herramienta de comunicación y en segundo lugar de la conjunción con las herramientas informáticas para cubrir las necesidades de la administración pública; se  abrió un campo de oportunidades y nuevas aplicaciones que se englobaron dentro de dicho concepto.

En el 2000, el Gartner Group define e-gobierno como "la continua optimización de la entrega de servicios, la participación ciudadana, y el ejercicio del gobierno mediante la transformación de las relaciones internas y externas a través de la tecnología, la Internet y los nuevos medios".

Desde un punto de vista centrado en los aspectos técnicos, en función del aprovechamiento de las capacidades de las TIC para enriquecer las relaciones del gobierno con la sociedad, el e-gobierno puede abarcar funciones de información (aumentar la oferta de información disponible a través de medios tecnológicos como páginas Web), de transacción (prestación de servicios personalizados, facilitación de trámites "en-línea" durante las 24 hs.), y de participación ciudadana (plebiscitos electrónicos, correo electrónico con los funcionarios públicos, sondeos de opinión).

La finalidad del gobierno electrónico son:

a) proveer más y mejores prestaciones a los ciudadanos,

b) proveer puntos de acceso unificado y sencillo para satisfacer múltiples necesidades informativas y de servicios,

c) adicionar productividad, calidad y valor a los servicios,

d) proveer atención "a la medida" de los requerimientos de cada usuario,

e) resolver trámites, consultas, reclamos y sugerencias "en línea",

f) aumentar la participación ciudadana,

g) aumentar la calidad y reducir el costo de las transacciones dentro del Estado,

h) reducir el costo (en dinero, tiempo, molestia y carga anímica) de tramitaciones del público,

i) aumentar la transparencia de la gestión pública.

DIFERENCIAS ENTRE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, GERENCIA PÚBLICA Y GOBERNANZA


La primera diferencia entre estas tres categorías es de carácter etiológico. La administración pública tradicional tiene su origen en la noción del Estado Social, el cual, para garantizar el acceso igualitario y efectivo de todos los ciudadanos a los servicios y productos de la administración pública, tuvo que erigir enormes estructuras burocráticas, altamente jerarquizadas, con múltiples funciones, rigurosamente regidas por normas jurídicas, orientadas a la satisfacción de diversas necesidades de la población. La gerencia pública en cambio, proviene de una visión del Estado Neoliberal, para el cual los ciudadanos no tienen derechos igualitarios, sino la libertad de procurarse cada quien la satisfacción de sus necesidades y derechos; en consecuencia, los principales atributos o lineamientos del gerencialismo son la reducción del aparato público y la burocracia estatal; la descentralización y desconcentración de los servicios; la desregulación de los procesos económicos y comerciales; la privatización y la simplificación administrativa; la  mayor autonomía de gobiernos locales o estaduales. Estamos, en el plano de dos concepciones de Estado extremadamente contrapuestas. La Gobernanza se origina de una concepción ecléctica del Estado, ni estado social absoluto, ni estado liberal puro, sino un Estado liberal con fines sociales. La gobernanza sería entonces aquél concepto de administración que combina por una parte la búsqueda de la eficacia, la eficiencia y la productividad, pero con el fin de volver más eficientes los servicios públicos.  

En el plano teleológico, es decir, según la finalidad que se persigue, se presentan otras diferencias. La administración pública busca ante todo prestar un servicio público a la población, satisfacer necesidades, expectativas o derechos de los ciudadanos, desde una relación directa entre Estado y ciudadano, pero sin preocuparse por la eficiencia, la eficacia, la productividad, ni por los costos que esos servicios implican. La gerencia pública, en cambio, tiene como principal objetivo brindar los servicios públicos al menor costo posible, mediante el incremento de la productividad, la economía, la eficiencia y la eficacia, para lo cual recurre principalmente a la disminución de la estructura gubernamental, la reducción de la cobertura de los servicios, el recorte de empleos públicos, la descentralización, desconcentración o privatización de los servicios públicos. En la gobernanza, la administración tiene como finalidad esencial volver efectivos los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales[1], tanto individuales como colectivos, pero a la vez se preocupa por la eficiencia, la eficacia y la legitimidad de la administración pública; esto último porque también promueve la participación ciudadana en la formulación, gestión, ejecución y evaluación de las políticas públicas.

Otra diferencia muy marcada es que en la concepción de la administración pública, la gestión gubernamental está exclusivamente en manos del Estado. Hay plena confianza, incluso como un artículo de fe, en que solo a través del Estado puede conseguirse el desarrollo económico y social. La gerencia pública por el contrario concibe a la gestión de los asuntos públicos como una actividad que no es monopolio estatal. Para el gerencialismo algunos, muchos o casi todos los servicios públicos pueden ser prestados por empresas privadas, organismos voluntarios u organizaciones no gubernamentales, o por el gobierno en asocio con dichas entidades[2]. Para la gobernanza, algunos servicios públicos pueden ser prestados por empresas privadas, ONG, organizaciones comunitarias u otras entidades descentralizadas, pero los servicios estratégicos se mantienen en manos del Estado y, en todo caso, éste no pierde el control y la conducción estratégica en los servicios descentralizados o brindados a través de la tercerización.



[1] Naciones Unidas, Consejo Económico y Social. Compendio de la terminología básica de las Naciones Unidas sobre gobernanza y administración pública, p.23
[2] Cf. Aguilar Villanueva, L. F. (2006). Gobernanza y Gestión Pública. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, p.35 y 36

CONCEPTUALIZACIÓN GOBERNANZA


Ejercicio de la autoridad política, económica y administrativa en la gestión de los asuntos de un país a todos los niveles. La Gobernanza es un concepto neutro que hace referencia a los complejos mecanismos, procesos, relaciones e instituciones mediante los que los ciudadanos y grupos articulan sus intereses, ejercen sus derechos y obligaciones y tratan de resolver sus diferencias.
Tradiciones e instituciones mediante las que se ejerce la autoridad en un país en aras del bien común.

La definición más simple de “gobernanza” es: proceso de adopción de decisiones y proceso mediante el cual se aplican o no esas decisiones. Dado que la gobernanza es el proceso de adopción de decisiones y el proceso por el que se aplican, el análisis de la gobernanza se centra en los agentes oficiales y oficiosos que participan en la toma de decisiones y en su aplicación y en las estructuras oficiales y oficiosas que se han establecido para llegar a la decisión y aplicarla.[1]

Gobernanza como concepto aislado significa: el proceso de toma de decisiones y el proceso por el que las decisiones son implementadas, o no. El término gobernanza puede ser utilizado en diferentes contextos, como por ejemplo gobernanza corporativa, gobernanza internacional, gobernanza nacional y gobernanza local.

Dado que la gobernanza es el proceso de toma de decisiones y el proceso por el que estas son implementadas, o no, el análisis de la gobernanza se centra en los actores, formales e informales, que están involucrados en el proceso de toma de decisiones y en su implementación, así como en las estructuras, formales e informales, que se han preparado para poder implementar las decisiones.

El gobierno es uno de los actores en la gobernanza. Los actores dependen del nivel de gobierno del que estemos hablando. En las zonas rurales, por ejemplo, los actores incluyen los dueños de las tierras, las asociaciones de campesinos, las cooperativas, ONGs, los institutos de investigación, los líderes religiosos, el ejército, etc. La situación en las zonas urbanas es mucho más compleja,  además de los actores mencionados anteriormente, cuenta con más actores como los medios de comunicación, lobbies, donantes internacionales, corporaciones multinacionales, etc. Que tienen que ver en el proceso de toma de decisiones.

Todos los actores, a excepción del gobierno y del ejército se clasifican como parte de la sociedad civil.


















[1] Gobernanza y AAPP, ONU 2008

ORIGEN E HISTORIA DE LA GOBERNANZA



El concepto de gobernanza ha adquirido a través de los años una mayor trascendencia debido a su utilización tanto en los debates teóricos como en su aplicación en la practica política, en tanto se menciona como un nuevo modo de gestionar las políticas públicas, de las reformas del sector público, que se comenzaron a ver a partir de los años ochenta.
En el DRAE se diferencia un uso antiguo de gobernanza (2. f. ant. Acción y efecto de gobernar o gobernarse) y el más reciente (1. f. Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía.)
GOBERNANZA:
Parece provenir remotamente del griego κυβερνάω (Gobierna y se refería dirigir, conducir una nave o un carro) utilizado por Platón, metafóricamente, para denominar el modo de gobernar a los ciudadanos
Del latín gubernatio deriva Gobierno.
Con el francés gouvernance desde el siglo XIV, designando el arte o manera de gobernar
Del inglés governance, con usos registrados desde 1380.
En portugués, governança, y en español, gobernanza, parecen también derivar del francés.
Aparece definido por primera vez en la edición del DRAE de 1803 como "ant. [antiguamente] lo mismo que gobierno".5


Su utilización a partir de los años 1990 por medios académicos anglosajones se aplicaba en un principio, como restricción del uso, al arte o modo de gobierno de instituciones internacionales; pero con el propósito de, a partir de una palabra poco utilizada y por tanto bastante libre de connotaciones, promover un nuevo modo de gestión de los asuntos públicos, fundado sobre la participación de la sociedad civil a todos sus niveles (nacional, local, regional e internacional).6
Gobernanza es el concepto de reciente difusión para designar la eficacia, calidad y buena orientación de la intervención del Estado, que proporciona a éste buena parte de su legitimidad en lo que a veces se define como una "nueva forma de gobernar"
Sobre todo se emplea en términos económicos, pero también sociales o de funcionamiento institucional, también, y muy especialmente, la forma de interacción de las administraciones públicas con el mercado y las organizaciones privadas o de la denominada sociedad civil (empresas, patronales, sindicatos y otras)


 En América Latina, el debate académico sobre la gobernanza ha sido más bien escaso y la noción dominante ha sido difundida por los donantes de la cooperación internacional. El Banco Mundial (BM), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han desempeñado una función central en el desarrollo y posterior transferencia de la noción de buen gobierno, pretendiendo, de ese modo, volver más efectiva la ayuda internacional en los países subdesarrollados (Grindle, 2007; Weiss, 2000).

En América Latina, los nuevos formatos de gobernanza emergen en un particular contexto sociopolítico y desarrollo institucional. La región asiste a un doble proceso de transformación, primero, a una serie de cambios asociados a la democratización del régimen político, seguido por un cambio de modelo socioeconómico.

Un primer cambio relevante en los años ochenta fue la transición de un régimen autoritario a uno democrático que, además de transformar la estructura del sistema electoral a través de diferentes niveles de gobierno, también cambió las relaciones entre el Estado y la sociedad.

El proceso de democratización no sólo se relacionó con la implementación de un ambiente electoral competitivo, sino que también se asoció a nuevas formas de participación ciudadana en las políticas públicas. Asimismo, se fundamentan como intentos de romper con las viejas instituciones del corporativismo y clientelismo, que involucró la corrupción y la débil prestación de servicios a grupos marginados. En este nuevo contexto, tuvo lugar una activación de los movimientos sociales que ayudó a aumentar la concientización y preocupación de los ciudadanos sobre las cuestiones de gobierno.


En segundo lugar, surge la transformación de un modelo de desarrollo centrado en el Estado a uno bajo el predominio del mercado. Estos cambios se sintetizaron en el "Consenso de Washington", el cual resume las recomendaciones de reformas neoliberales de parte de los organismos internacionales (principalmente por el BM y el FMI) que debían implementar los gobiernos para retomar la senda del desarrollo: disciplina fiscal, reducción del gasto del Estado, liberalización financiera y comercial, apertura a la inversión extranjera directa, privatización de las empresas y servicios públicos, desregulación, fortalecimiento del derecho de propiedad y descentralización.

Para comprender estos cambios es preciso profundizar en los estudios de casos de políticas públicas más significativas y, de esta forma, analizar el impacto que ha tenido la transferencia de los formatos de gobernanza en el Estado latinoamericano.